lunes, 1 de septiembre de 2014

Carlos Cornejo Quesada y Mercedes Cabello de Carbonera


Por Winston Orrillo

Con el auspicio del Museo Contisuyo, de Moquegua, el catedrático Carlos Cornejo Quesada añade un título más a su copiosa bibliografía en el campo de las ciencias sociales y la educación.

Esta vez se trata de Mercedes Cabello de Carbonera: una mujer en el otro margen, atinada selección de textos de la ilustre moqueguana, una de las autoras más polémicas e interesantes, una verdadera adelantada a su época (1824-1909) quien fue protagonista – con sus novelas, poesías urticantes ensayos y artículos periodísticos- de un verdadero conato de cambio en las letras peruanas de la segunda mitad del siglo XIX. 

Cultura, educación y literatura, todo pasó bajo el tamiz de quien –no obstante la preterida condición de la mujer en su tiempo-supo enarbolar su espíritu inconforme y contestatario que, obviamente, le ganó la vindicta del Establishment de aquellos años oscuros.

Todo esto se puede deducir de la lectura del muy valioso libro de Carlos Cornejo Quesada, profesor en las universidades de San Marcos y  San Martín de Porres, y permanentemente en la investigación de temas que coadyuven al esclarecimiento de las raíces de nuestra cultura de hogaño.

Y no cabe duda que Mercedes Cabello de Carbonera, con su adopción de las ideas positivistas, y su respectivo culto a las ciencias  llevó su pensamiento al liberalismo (en el sentido cabal del término, que poco o nada tiene que ver con el apócrifo neoliberalismo de los días que corren) el que le sirviera para su lucha denodada por la emancipación de la mujer, a partir de una nueva educación, que desechara las telarañas de la religión y demás supersticiones que lo único que hacían era contribuir al oscurantismo y la relegación de la familia y la sociedad de su tiempo.

Cornejo, además, ha insistido, en su atinada antología de escritos de MC de C., en aquellos que expresaran la búsqueda de una nueva literatura –nada menos que la del naturalismo- que le servirá para la denuncia denodada, implacable, de la corrupción y demás lacras sociales que, muchas veces, se pasaban de largo, muy bien disimuladas, en las engañifas del romanticismo, imperante cuando ella advino al mundo de las letras nacionales.

Por ello –y dejamos la curiosidad al perspicuo lector- muchos figurones del parnaso y la panoplia “cultural” de su época, fueron desmitificados por nuestra autora, lo que, obviamente, le ganó odios eternos y animadversiones que, lamentablemente, triunfaron, pues la autora acabó sus días en el manicomio, justo galardón a quien se “diagnosticara”, con arterías y otras añagazas, demencia (al Quijote le dijeron lo mismo, ¿verdad?) por sus encendidas críticas y desmitificaciones de numerosos miembros de la elite cultural, política y social que medraba en aquel entonces.

Ella, en fin, fue asidua participante en veladas literarias de la reconocida escritora argentina Juana Manuela Gorriti y asimismo en la de Clorinda Matto de Turner,  sin olvidar el Circulo Literario, El Ateneo y otros cenáculos de su propio grupo intelectual contestatario y opuesto a las argollas conservadoras que ad usum  imperaban.

Mercedes supo, desde siempre, llamar a las cosas por sus nombres, y, por eso, no vaciló en denunciar el sórdido maridaje de las instituciones llamadas democráticas, con un supérstite feudalismo colonial, “expresado por el militarismo y los regímenes teocráticos, puesto que éstos son las verdaderas causas de las profundas perturbaciones y de los violentos retrocesos socio-culturales que habían originado la anarquía en el Perú y América”.

Ella, en fin, se sabía adelantada de una nueva época, que iba a renovar la literatura a partir de “una educación positiva para la mujer en bien del progreso individual y social”.

En resumen, los textos que el lector tiene, aquí, a su alcance, en el libro de Carlos Cornejo Quesada, fueron publicados originalmente en revistas y periódicos,  entre 1874 y 1898, y reproducidos algunos, pero la mayoría, en realidad, de circulación restringida.

Gratitud, pues, para el dedicado antólogo, quien promete seguir en la búsqueda exhaustiva de más escritos de Mercedes Cabello de Carbonera, todo tendente a dárnosla de cuerpo entero, para que, por fin, podamos justipreciar todo lo que, en realidad, es nuestra deuda inexhaustible con ella.

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